lunes, 2 de diciembre de 2013

RESEÑA HISTÓRICA DE LA FIESTA DE LA FRUTA Y DE LAS FLORES




La celebración nace como una respuesta a la situación física y psicológica en la que quedaron la ciudad y sus habitantes luego del terremoto del 5 de Agosto de 1949, sismo que destruyó la urbe y muchos de los cantones que en aquella época formaban la Provincia de Tungurahua.


La Fiesta fue entonces una manifestación de la voluntad de los ambateños, que aceptando el precio propuesto por la naturaleza a la belleza y fecundidad concedida a estas tierras, se levantaron con fervor y entusiasmo en búsqueda de respuestas tangibles al daño sufrido.


Ideas nacidas en diferentes círculos y agrupaciones de la ciudad, fueron recogidas por la Municipalidad y fundamentadas por el Centro Agrícola Cantonal, entidad que gracias a la dinamia de sus socios, se convirtió en el eje de la organización de la primera fiesta que se cumplió el 17 de Febrero de 1951, circunscrita principalmente a una feria agrícola, pecuaria y de carácter industrial.


Fue en 1962, y mediante Decreto Ejecutivo N. 586, expedido el 18 de Abril y publicado en el Registro Oficial N. 136, que el Gobierno Nacional Presidido por el Dr. Carlos Julio Arosemena, y siendo su Ministro de Gobierno el destacado ciudadano ambateño Don Alfredo Albornoz Sánchez, declaró a la Fiesta de la Fruta y de las Flores, celebración nacional.

La fusión de la fiesta con la celebración del carnaval, ha sido otro de los hitos importantes de su historia, pues este detalle ha permitido acrecentar el número de visitantes al convertirla en centro de atracción turística tanto para el entorno nacional, como también para los reclames de agencias de viajes que manejan paquetes internacionales de viajes.

En la actualidad la Fiesta es organizada y ejecutada por el Comité Permanente, conformado por profesionales especializados en: administración, arte y folklore, publicidad, mercadeo, turismo y promoción cultural, etc., que se maneja a través de un Director Ejecutivo, que cumple con las directrices emanadas del Directorio del Comité, teniendo por la naturaleza de sus funciones, amplias facultades para adoptar decisiones relativas a la concreción misma de las programaciones establecidas dentro de la norma que rige la actividad del organismo y de aquellas que fueran introducidas como complemento.

En ese contexto , se trabaja en la organización de:

Un torneo galante para elegir a la Reina de la Fiesta, que es al mismo tiempo Reina de la ciudad.


Festival Internacional de Folklore, con la participación de grupos de danza provenientes de diferentes países del mundo.



Desfile de la Confraternidad (diurno), constituido en el número central de la celebración dada la masiva presencia de espectadores que se congregan a lo largo de las avenidas y calles que conforman su trayecto.


La Ronda Nocturnal, desfile nocturno en la que participan los mismos elementos alegóricos del anterior evento, con la particularidad que se suman otros similares elaborados por barrios y entidades privadas y presentados con preciosa iluminación, detalle que los hace lucir diferentes; se complementan la fiesta con presentaciones culturales de altísima calidad: música seria, danza, teatro en diferentes modalidades, participaciones de los barrios con números propios a los que se suman los que provee el Comité. Merece capítulo a parte la participación de la Curia Diocesana, que en asocio con otras instituciones y el mismo organismo ejecutor, presenta la Bendición de las Flores, los Frutos y el Pan, acto religioso de original y sugestiva belleza y de majestuosa solemnidad que se considera único en el mundo de habla hispana.


Esta es en síntesis la Fiesta, que desde la celebración de su cincuentenario, ha mantenido un proceso de transformación tendiente a convertirla en una auténtica vitrina de la ciudad hacia el mundo, para cuyo fin se ha recurrido a efectos publicitarios que parten de particulares denominaciones transitorias con las que se ha identificado a la celebración, siendo como es un pretexto, una motivación, solo inspira, uniforma y enrumba el significado de los diferentes elementos que participan, sin afectar la esencia misma del evento que no es otra que aquella que inspiró a sus gestores hace 62 años, o sea de promover a las flores y a la fruta, que constituyen la más genuina representación e identidad de Ambato y de la comarca Tungurahuense.